domingo, 3 de marzo de 2013

Inspiración oriental. Hilo, aguja y talento en mano: bienvenidos alpaís del sol naciente.

Desde la cama y con los pies fríos aún siendo comienzos de marzo, me es imposible no imaginar un verano caluroso. De aquí a allá se pasea mi fantasía entre las nuevas tendencias. Elle y su fashion book (S/S 2013) hacen las delicias de mi imaginación; y es que ya me veo enfundada en un maravilloso bañador de Michael Kors.

Memorizo la sinopsis primaveral que propone la publicación para 2013: el efecto volante, el escote palabra de honor, el color vitamina, la prenda micro, el print a rayas, el tejido natural, el bañador como prenda de baño; y así un sinfín de tendencias que inundarán todo cuanto nos rodea (desde grandes publicaciones a la vecina del quinto, pasando por el ejército de egobloggers). Pero entre must y must mi atención se centra en el look oriental. Dragones, carpas y tigres de bengala ya buscan hueco entre mi vestidor. 

La pasión por el mundo oriental hace de occidente un puente tranquilo bajo el que fluyen tradición y vanguardia. Oriente impone su estética a través de quimonos, seda y "prints" de lo más exóticos. La cultura nipona nos atrapa con su patronaje: colores tranquilos, estampados y lineas rectas son el mejor aliado de las delicadas prendas de seda y satén que propone esta tendencia. China y Japón, Japón y China iluminan con su cálido sol naciente a todo aquel diseñador dispuesto a dejarse seducir por una cultura cuanto menos sensual y delicada. 


El vestido tradicional japonés se reinventa: desde el quimono con estampados asiáticos a geométicos, a cortes largos o a la altura de la cadera.


ETRO, PUCCI y PRADA 

Etro, Prada, Emilio Pucci, Saint Laurent, Chloé, Dries Van Noten, Hermès, Givenchy y Lanvin entre otros han puesto sobre la pasarela colecciones que recuperan las flores orientales, los quimonos, los bordados e incluso el fajín. Vestidos con cuello "mao", miniquimonos guateados, vestidos velados, monos, batines japoneses, camisas cruzadas al más puro estilo "judogi", qipaos de ensueño, hombros pagoda, túnicas y blusones atadas con alamares... Todo ello decorado con motivos asiáticos y letras japonesas. Dragones y tigres  que se dibujan con hilo dorado entre las prendas, efecto tattoo impreso y origami como máximo guiño a la cultura oriental a base de plisados de tela. Todo ello sin olvidar el papel fundamental de los motivos florales que recuerdan a los clásicos jarrones de porcelana. El sonido de estas colecciones llega desde el lejano oriente, salido de cualquier casa de té, entre danzas y destrezas de las más cotizadas geishas. En los pies sandalias de tipo zori o geta, incluyendo el mítico tabi. En cuanto a tejidos, la seda se convierte en el material clave. Tapices, obis, sedas chinas, dibujos de porcelana, flores, bordados lujosos y demás clásicos conviven armoniosamente entre piedras semipreciosas y un delicado trabajo de orfebrería en los complementos, a los que diseñadores como Charlotte Olympia o Pucci han hecho hueco en sus colecciones.







ETRO



DRIES VAN NOTEN



CHARLOTTE OLYMPIA




 EMILIO PUCCI









PRADA



HERMÈS








EMILIO PUCCI



PRADA

En lo personal, puedo confesar que esta es una de las tendencias que mayor cabida ha tenido en mi "wish-list" y no es de sorprender, siendo conocedora de mi pasión por este mundo que se me antoja tan volátil como eterno. Las páginas de los libros que he podido llegar a devorar han hecho que mi visión acerca de este modo de vida (y de vestir, por supuesto) cambiaran radicalmente. El ritmo pausado, la meticulosidad y el buen saber hacer provocan en mi una mayor determinación a apreciar los pequeños detalles de la vida. Quizás ver Mulán desde pequeña ha influido en esta obsesión y la lección de cerezo en flor sea algo insustituible en mi vida; mas no puedo negar que desde pequeña tuve curiosidad por esas telas y esos "vestidos" que yo ansiaba probar. El verano pasado también, arraigada ya mi obsesión por la moda, descubrí una creación deliciosa que no se encontraba en ninguna pasarela: un maravilloso traje de una niña pequeña escondía un cerezo pintado a mano muy delicadamente. Fue amor a primera vista. El mismo amor a primera vista que surgió al ver qué era tendencia  para la nueva estación; bueno mío y de muchas chicas más.







miércoles, 23 de enero de 2013

¡Un alto en el estudio! Y silencio, que estamos comprando.

Entre alto y alto, parada, stop, resfriado, té e ibuprofeno he acabado al tanto de la iniciativa No Noise de Selfridges. Así, cuando ya pensaba que no podía sorprenderme más este día tan absurdo llega esta noticia que, en lo más coloquial del lenguaje, tacharía de "chorrada de las gordas". ¿Quién quiere comprar en silencio?
Pues esa es la iniciativa de los grandes almacenes, que se ha propuesto como máxima para este 2013 “celebrar la tranquilidad, ver la belleza en funcionamiento y encontrar la calma entre la muchedumbre”. Y TODO esto mientras compras maravillosos productos de la sección De-Branded Design en su exquisita y minimalista Quiet Shop, después de haber reflexionado largo y tendido en la Silence Room.

He de decir que para gustos los colores y que yo, personalmente, no me veo desprovista de esa saturación publicitaria, del ruido, ni del estress que supone ir de compras. Probablemente, a veces apetezca más hacer "inversiones de nuestro capital" de una forma más pausada pero, a mi parecer, no tiene por qué implicar una meditación suprema (¿para eso no está el yoga, los retiros espirituales y ese tipo de cosas?); y otras, en cambio, ansiamos perdernos entre la gente, buscar entre múltiples prendas nuestra talla, aguardar la cola (por ínfima que sea) y, ¿por qué no? dejarnos seducir por el apasionante mundo del merchandising.

Este punto de vista (¡¡PERSONAL!!) no tiene como objetivo desmerecer la iniciativa de Selfridges ya que, lejos de seguir la corriente comercial ha optado por buscar nuevas formas de atraer a compradores potenciales, prescindiendo de todo aquellos que consideramos parte de ese mundo. Es, ante todo, una nueva forma de ver el mundo de la venta al por menor. ¿Por qué no probarla?

Como era de esperar, las marcas que se han sumado a esta iniciativa, más allá de ser variadas (desde cremas de La Mer a tomate ketchup Heinz) son ediciones limitadas de las mismas. De ese modo, unos simples Levi's (de-branded) se convierten en una exclusiva prenda "alternativa" (y muuuuuuuy silenciosa).

Al fin y al cabo, pura estrategia comercial.



Brindo por ellos con mi té y, sobretodo, por Harry Gordon Selfridge, promotor de la idea allá por 1909. Porque como dicen en S Moda (El País): "Silencio, se compra".

THE RUSSIAN FASHION PACK.

¿Rusia? ¿Pero qué dices? Allí hace muchísimo frío, ¿no? 

Frío y tendencias, que no te quepa la menor duda. 

Es que Rusia, no conforme con ser el país más extenso del mundo, ha decidido que debía ser la madre patria de las nuevas prescriptoras de moda. No le bastaba con el frío, sus templos y sus bonitos edificios.

El
RUSSIAN TEAM” bien conocido ya por todos, ha aterrizado en las mejores semanas de la moda del mundo y ha hecho prácticamente imposible curiosear un blog de “street style” sin tropezar con ellas. Son las verdaderas “russian dolls”, la auténtica mafia rusa. Sus nombres son sinónimo de la “fashion elite”.

Este grupo de diseñadoras, estilistas, bloggers, modelos y editoras nos deleitan con su presencia en las semanas de la moda de Nueva York, París, Londres y Milán (podrían dejarse caer por la española, ¿no?). Pero entre despegue y aterrizaje no olvidan hacernos presas de sus estilismos. Convirtiéndose en dueñas y señoras del “street style”, han hecho que en el mundo de la moda se empiecen a tener en consideración sus aportaciones.

La importancia de estas nuevas “it-girls” no ha dejado indiferente a nadie. Net-a-porter ha querido saber un poco más sobre el tema. 

http://www.net-a-porter.com/intl/video/Who's Who/2043623990001.nap

Y no solo Net-a-porter decidió investigar, sino que miles de curiosos han decido conocer la bonita Rusia y lo que nos tienen que contar sus chicas. Así Style.com entrevistó a una de sus integrantes. ¿Qué tienen ellas que no tengan las noruegas, por ejemplo? 

Miroslava Duma lo tiene claro “Eh, we’re the new thing”. No se equivoca al afirmar que el mundo de la moda busca constantemente algo nuevo y, hoy por hoy, le ha tocado a Rusia causar sensación. 

Para Miroslava el estilo ruso aún está por determinar. El paso del lujo opulento y ostentoso a la elegancia no es cuestión de un día, y más si las carencias económicas de la sociedad rusa se habían solventando a lo largo de la historia para dar lugar a un lujo supremo. Rusia ha sabido reinventarse en cuanto a lo que a moda se refiere. Esposas con dinero, hijas de grandes magnates y gente del mundo de la moda, entre otros, ha convertido a Rusia en susceptible a los ojos de los más “fashionistas”. 

Pero no sólo esto nos aporto la entrevista. ¿Qué hay del tiempo que invierten estas chicas en decidir qué ponerse? En esa cuestión la prescriptora lo tuvo claro: “Donna Karan said if it takes you more than 20 minutes to get dressed, then you’ve got a problem”; asegurando que su estilo se basa la mayoría de las veces en la intuición. Así, también reveló que las “rusas”, lejos de vivir por y para la moda, tienen una vida que va más allá; en la que los vaqueros son un complemento básico, “simple things”, y están interesadas en la cultura y la actualidad. 

Por último, quiso dejar claro que ellas no son “just silly girls with a credit card with no limit”. A pesar de ser mujeres bien situadas económicamente, el hecho de que las firmas les regalen ropa interviene bastante en la situación actual. Es, sin lugar a dudas, la ejemplificación del dicho “la pescadilla que se muerde la cola”. 

Mas la compleja pronunciación de sus nombres no ha impedido que nos esforcemos en conocerlos: Miroslava Duma, Elena Perminova, Anya Ziourova, Ulyana Sergeenko, Vika Gazinskaya, Natasha Goldenberg, Polina Kitsenko, Ekaterina Mukhina, Natalia Vodianova y Dasha Zukhova conforman “El reinado de las Zarinas”.

¡BIENVENIDOS A RUSIA!