miércoles, 23 de enero de 2013

¡Un alto en el estudio! Y silencio, que estamos comprando.

Entre alto y alto, parada, stop, resfriado, té e ibuprofeno he acabado al tanto de la iniciativa No Noise de Selfridges. Así, cuando ya pensaba que no podía sorprenderme más este día tan absurdo llega esta noticia que, en lo más coloquial del lenguaje, tacharía de "chorrada de las gordas". ¿Quién quiere comprar en silencio?
Pues esa es la iniciativa de los grandes almacenes, que se ha propuesto como máxima para este 2013 “celebrar la tranquilidad, ver la belleza en funcionamiento y encontrar la calma entre la muchedumbre”. Y TODO esto mientras compras maravillosos productos de la sección De-Branded Design en su exquisita y minimalista Quiet Shop, después de haber reflexionado largo y tendido en la Silence Room.

He de decir que para gustos los colores y que yo, personalmente, no me veo desprovista de esa saturación publicitaria, del ruido, ni del estress que supone ir de compras. Probablemente, a veces apetezca más hacer "inversiones de nuestro capital" de una forma más pausada pero, a mi parecer, no tiene por qué implicar una meditación suprema (¿para eso no está el yoga, los retiros espirituales y ese tipo de cosas?); y otras, en cambio, ansiamos perdernos entre la gente, buscar entre múltiples prendas nuestra talla, aguardar la cola (por ínfima que sea) y, ¿por qué no? dejarnos seducir por el apasionante mundo del merchandising.

Este punto de vista (¡¡PERSONAL!!) no tiene como objetivo desmerecer la iniciativa de Selfridges ya que, lejos de seguir la corriente comercial ha optado por buscar nuevas formas de atraer a compradores potenciales, prescindiendo de todo aquellos que consideramos parte de ese mundo. Es, ante todo, una nueva forma de ver el mundo de la venta al por menor. ¿Por qué no probarla?

Como era de esperar, las marcas que se han sumado a esta iniciativa, más allá de ser variadas (desde cremas de La Mer a tomate ketchup Heinz) son ediciones limitadas de las mismas. De ese modo, unos simples Levi's (de-branded) se convierten en una exclusiva prenda "alternativa" (y muuuuuuuy silenciosa).

Al fin y al cabo, pura estrategia comercial.



Brindo por ellos con mi té y, sobretodo, por Harry Gordon Selfridge, promotor de la idea allá por 1909. Porque como dicen en S Moda (El País): "Silencio, se compra".

THE RUSSIAN FASHION PACK.

¿Rusia? ¿Pero qué dices? Allí hace muchísimo frío, ¿no? 

Frío y tendencias, que no te quepa la menor duda. 

Es que Rusia, no conforme con ser el país más extenso del mundo, ha decidido que debía ser la madre patria de las nuevas prescriptoras de moda. No le bastaba con el frío, sus templos y sus bonitos edificios.

El
RUSSIAN TEAM” bien conocido ya por todos, ha aterrizado en las mejores semanas de la moda del mundo y ha hecho prácticamente imposible curiosear un blog de “street style” sin tropezar con ellas. Son las verdaderas “russian dolls”, la auténtica mafia rusa. Sus nombres son sinónimo de la “fashion elite”.

Este grupo de diseñadoras, estilistas, bloggers, modelos y editoras nos deleitan con su presencia en las semanas de la moda de Nueva York, París, Londres y Milán (podrían dejarse caer por la española, ¿no?). Pero entre despegue y aterrizaje no olvidan hacernos presas de sus estilismos. Convirtiéndose en dueñas y señoras del “street style”, han hecho que en el mundo de la moda se empiecen a tener en consideración sus aportaciones.

La importancia de estas nuevas “it-girls” no ha dejado indiferente a nadie. Net-a-porter ha querido saber un poco más sobre el tema. 

http://www.net-a-porter.com/intl/video/Who's Who/2043623990001.nap

Y no solo Net-a-porter decidió investigar, sino que miles de curiosos han decido conocer la bonita Rusia y lo que nos tienen que contar sus chicas. Así Style.com entrevistó a una de sus integrantes. ¿Qué tienen ellas que no tengan las noruegas, por ejemplo? 

Miroslava Duma lo tiene claro “Eh, we’re the new thing”. No se equivoca al afirmar que el mundo de la moda busca constantemente algo nuevo y, hoy por hoy, le ha tocado a Rusia causar sensación. 

Para Miroslava el estilo ruso aún está por determinar. El paso del lujo opulento y ostentoso a la elegancia no es cuestión de un día, y más si las carencias económicas de la sociedad rusa se habían solventando a lo largo de la historia para dar lugar a un lujo supremo. Rusia ha sabido reinventarse en cuanto a lo que a moda se refiere. Esposas con dinero, hijas de grandes magnates y gente del mundo de la moda, entre otros, ha convertido a Rusia en susceptible a los ojos de los más “fashionistas”. 

Pero no sólo esto nos aporto la entrevista. ¿Qué hay del tiempo que invierten estas chicas en decidir qué ponerse? En esa cuestión la prescriptora lo tuvo claro: “Donna Karan said if it takes you more than 20 minutes to get dressed, then you’ve got a problem”; asegurando que su estilo se basa la mayoría de las veces en la intuición. Así, también reveló que las “rusas”, lejos de vivir por y para la moda, tienen una vida que va más allá; en la que los vaqueros son un complemento básico, “simple things”, y están interesadas en la cultura y la actualidad. 

Por último, quiso dejar claro que ellas no son “just silly girls with a credit card with no limit”. A pesar de ser mujeres bien situadas económicamente, el hecho de que las firmas les regalen ropa interviene bastante en la situación actual. Es, sin lugar a dudas, la ejemplificación del dicho “la pescadilla que se muerde la cola”. 

Mas la compleja pronunciación de sus nombres no ha impedido que nos esforcemos en conocerlos: Miroslava Duma, Elena Perminova, Anya Ziourova, Ulyana Sergeenko, Vika Gazinskaya, Natasha Goldenberg, Polina Kitsenko, Ekaterina Mukhina, Natalia Vodianova y Dasha Zukhova conforman “El reinado de las Zarinas”.

¡BIENVENIDOS A RUSIA!